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MOONSA BOUDOIR

Gramola

Paz, magia y música

Paz, magia y música

Acabo de llegar de un concierto muy especial.
Esta noche, en el Teatre Grec de Barcelona, dentro del Festival BCN Grec 2006, la orquestra Jeunesses Musicales World Orchestra, el Orfeó Gracienc y la Coral Carmina, interpretaban la 9ª sinfonía de Beethoven. Si, la que estáis pensando, la que muchos conocemos por el popular "Himno a la alegría".
El concierto, bajo el título "70 anys després..." (70 años después) era un homenaje al gran Pau Casals, que un 18 de julio de hace 70 años, se encontraba ensayando en el Palau de la Música esta sinfonía, que debía haberse tocado aquel 19 de julio en el Teatre Grec, como cierre de la Semana de la Paz celebrada entonces en Barcelona, previa a las Olimpiadas Populares. Durante el ensayo recibió una llamada del Conseller de Cultura de la Generalitat, comunicándole el alzamiento militar contra la República, y pidiéndole la suspensión del ensayo, y del concierto.
Casals se dirigió a los músicos y al coro y les pidió, como despedida, que tocaran el final. Aseguró después que las lágrimas le impedían ver las notas, y que algún dia la paz llegaria al país, y entonces volverían a tocar la Novena. Mientras tocaban el final en aquel último ensayo, en la calle se levantaban barricadas.
Hoy caía una llovizna intermitente sobre Barcelona, momentos antes del concierto, pero ha parado durante unos minutos, los suficientes para que se presentara el homenaje. Justo después de la presentación, la lluvia ha vuelto, suave pero terriblemente amenazadora para los instrumentos, y los músicos han salido ràpidamente del escenario.
He presenciado otras veces la suspensión de espectáculos al aire libre por causa de la lluvia, y por regla general no esperan más de media hora para anularlos. Hoy hemos esperado casi una hora. Tensos y esperanzados a la vez, oyendo como el director del Festival pedía por megafonía un poco de paciencia y manifestaba la esperanza de que lo que Franco arruinó hace 70 años no lo arruinara la lluvia esta noche.
El director de uno de los coros ha saltado al escenario, los cantantes se han levantado, y nos han cantado el "Cant dels Ocells", "para hacernos más amena la espera". Cuando han terminado ya casi no llovía. Han atacado entonces las primeras notas de "Rossinyol", y ante nuestra emocionada sorpresa, al final de la canción, el director se ha encarado con el público para dirigirnos, para que cantáramos juntos. El Grec estaba a rebosar, y como una sola voz ha entonado el final de "Rossinyol", afinado, grande, lleno de fuerza, con el público entregado convertido en un gigantesco coro.
Y al final había parado de llover, y empezaba a clarear.
El concierto debía haber empezado a las 22 horas y eran las 22,55 cuando se ha iniciado, por fin, con la lluvia respetando  lo que la guerra no respetó en su día.
Al final de cada movimiento el director miraba al cielo dubitativo pero sonriente.
Y en el último movimiento han entrado las voces... ha sido mágico.
Cuando ha terminado, el público puesto en pié ha cubierto de bravos y aplausos a músicos y cantantes, la emocionada ovación ha recorrido las gradas del Grec, que, tengo que decirlo, es un marco realmente incomparable para este tipo de acontecimientos. La gente miraba al cielo aún, las nubes se habían  apartado completamente del teatro, y sobre nosotros las estrellas lucían en un círculo irregular que terminaba poco más allá del recinto.
El director se ha dirigido al público para comentar que "es la primera vez que tengo que tocar un bis después de la Novena". Risas y  bajada general de la tensión, y otra vez hemos oído el final. Aquel final, que tocó Pau Casals en el ensayo, con su orquesta y con el Orfeó Gracienc hace 70 años.
Ha sido uno de esos momentos en que uno se siente en comunión con el mundo entero y agradecido de estar vivo. Y en paz.
Cuando luego te pones a pensar, ya en casa, y necesitas escribir, sabes, con cada letra, que no puedes transmitir lo que se ha sentido allí, y sientes, en cada letra, que quizás el cielo derramaba tímidas lágrimas recordándonos lo rota y estropeada que está la paz mundial.
De todos modos, por esta noche, gracias a la Música y gracias a la Vida, como decía Joan Baez.

Trocitos de logo

Trocitos de logo Ya la tengo en casa. Por fin, después de años de mirar con los dientes largos los escaparates de los anticuarios, de rebuscar en contenedores de basura y preguntar a amigos y conocidos.
Hace unos días una amiga mía la encontró en un contenedor, y me la dió.
¿¿No es hermosa??
Aún no se si funciona porque aunque tiene un cable le falta el enchufe y estamos estos días previos al viaje un poco liados para andar de pruebas, pero si no funciona da igual.
¿Véis las cositas que hay en el logo del boudoir? La tetera roja, la mesa camilla, la lámpara de tulipa, la radio antigua, la gramola, y una imagen de Lakshmi (la diosa hindú de la prosperidad, cuyo dibujo me saluda desde el escritorio de mi PC) y de fondo, un montón de almohadones con motivos indios. Pues los almohadones son casi todos míos, la tetera hace tiempo que la tengo, y las mesas camillas pequeñitas son endémicas en mi casa (cubiertas, naturalmente, de pañolones y tapetes de colores), y también varias imágenes de dioses hindúes y láminas orientales en general, pero no había radio antigua, ni tulipa, ni gramola. Ya me faltan sólo dos ;)
Por cierto ahora caigo que debería haber puesto en la composición la Singer de mi abuela y el reloj de pared, pero lo dejo para un futuro cambio de look.
Ah, para que veáis que es auténtica, ahí va ese plano de la parte trasera del aparato, con el mismo polvo con el que llegó :D.

radioantigadarrera.jpg


Los laterales están hechos polvo, pero he levantado la primera capa de hojilla de madera, que estaba completamente podrida, y creo que lijando y barnizando eso, y la parte superior que tiene muchas "picadas", quedará bastante bien.
Bueno, si alguien aún no lo sabía, es que me vuelven loca las cosas antiguas.
Pero sabéis, lo que me detiene a la hora de comprarlas en un anticuario, no es sólo el dinero que me piden y no tengo, si no que sin ese proceso de búsqueda y sorpresa, y luego de restauración con mis escasos recursos y mis torpes manos, ya no tiene la misma gracia. Mejor dicho, ya no tiene ninguna gracia ;)