Blogia
MOONSA BOUDOIR

Momentos

Caminos

 

 

 

Llegó el momento de empezar nuevos caminos.

ACTUALIZACIÓN: Pido disculpas a los usuarios no-blogger que hayan podido entrar en el nuevo lugar y se hayan encontrado que no les dejaba comentar, no tenía ni idea de que esa opción venía en la configuración por defecto. Me acabo de dar cuenta y ya he rectificado.

Joder!

Tantos años luchando para no estar sola, como sil mi batalla contra la soledad impuesta y no elegida fuera la justificaión de mi rebeldía casi intrínseca, para acabar una noche con el amor durmiendo, los amigios charlando y al final partiendo, y mi blues cantando, en voz alta, sola en una sala vacía, con una afonía de cojones, impotencia y fuerza hermanadas y por un día desatadas.

Mi voz es mi vida, mi música es mi vida.

Incluso cuando mi voz está ausente, sigue ahí, es la ventaja de la cantante con un amplio registro hacia los graves, puedes billy hollydayar, puedes dejar que tu alma se rompa y te encuentras cantando como el culo, rompiendo tus pretendidas tesituras, tus prentendidos sentimientos y expresividades. sola, a última hora, lo aglutinaste too y a todos, y ahora estás SOLA cantando, afónica, rasgada, patetica? ridícula? o más tu y más sincera que nunca????.

Quiero cantar, cantar cantaaaaaaaaaaaaar.

Ni siquiera tengo ganas de llorar, eso pasó, al menos en este momento.

Verte, sentirte sola, reconocerlo, y no sentir falso orgullo, ni humillación. sólo verdad, y un enorme alivio.

Una vez más fui el aglutinante de todos, el centro de la fiesta... incluso sin usar mi voz........ y luego partieron, todos, con alegria, con al menos un cierto calor amistoso.

Y yo estoy SOLA com siempre estuve, donde siempre estuve, aunque ame, aunque me amen.

Y sentir paz y autoconfianza por esa soledad extraña y casi ... absurda!!!!!!!!

Y NO LLORAR, SINO VIVIR, ASOMBRARME CON UN CALOR NUEVO EN EL ALMA.

Gracias a la diferencia, a la marginación, a la lucha diaria casi no sentida, jamás (ni contigo amor) compartida.

Gracias!

Por poder gritarle a la noche sin trabas que me gusta gritar como un cuervo loco.

Gracias, por ver, gracias, por conseguir esperar, gracias, por llorar.

Gracias

Hasta pronto, amigo

Hasta pronto, amigo

La escribí en 1980, 17 años, TODAVÍA mucho más idealista de lo que soy hoy, enamorada de un sentimiento hacia la música que ni yo misma comprendía, y que mi entorno rechazaba por puro desconocimiento mezclado con grandes dosis de equivocada buena intención. Cuando empezaba a crecer en la mezcla de desconcertante orgullo que da el sentirse diferente, y el terrible dolor de saber que eso te hace estar solo. No es una maravilla de la literatura, pero a lo largo de mi vida siempre he recordado esta poesía, como algo que expresó con todas las herramientas que entonces estaban a mi alcance el desgarro agridulce que la música me producía, que la sensibilidad me regalaba (sólo ahora se que era un regalo, y tu me hiciste comprender...) al mismo tiempo que me hacía sentir rebosante de cosas que anhelaba dar y nadie quería recibir. Hoy, 26 años después, la rescato de un altillo semiolvidado pero seguro, para dedicártela a ti.

GUITARRA NO ESCUCHES MI VOZ (Montserrat Agustín, 1980)

Guitarra, no llores

que en cada nota parece

que mis dedos de amargura

te parten en dos el vientre,

parece que en tu agujero

la negra noche se pierde

socavando de armonías

la madera de tu caja.

Guitarra, no cantes,

que en cada nota se crece

la ilusión encadenada

reotorciéndose en la muerte;

se estiran en cada cuerda

los ojazos de la luna,

tiñendo de puro verde

tus lágrimas de amargura.

¡Guitarra, no calles!

Que en tu sombra se adormece

con tu silencio mi vida

y la luz desaparece;

se adormece por la inmensa

boca negra de tu caja,

y las cuerdas se despeinan

para hacer de tu silueta

una lúgubre mortaja.

Guitarra, no llores

que en cada lágrima pierdes

una canción de esperanza

vagabunda que contienes.

Que en cada lágrima sangra

tu costado polvoriento,

que cada lágrima deja

sni voz, sin vida, a una cuerda.

¡Guitarra, vuelve a tu canto!

que a pesar de todo quiero

y necesito tu queja.

 

Con todo mi amor, a Pier Luigi Cimma,

gran guitarrista, gran maestro, gran músico

y por encima de todo,

una persona extraordinaria.

 

Vaivenes

Vaivenes

La subida fue tan vertiginosa, veloz, desbaratada, loca, que apenas si me queda goma que quemar para echarle el freno a la bajada. Ah no perdón, que no es bajada, es plenitud, llanura immensa donde pacer serenamente y disfrutar de lo que aprendí antes. Mi alma rebelde de por si se agota intentando explicarse que llamar al descenso plenitud no me sirve como excusa para vencer el miedo, para sobrellevar el peso de la vida que se gasta cada vez más deprisa. Se que tengo argumentos para hacer del aprendizaje algo mucho más grande que una vulgar excusa, pero incluso contra esto me rebelo, inútil, estéril, siempre con más esfuerzo del estrictamente necesario en cada etapa.

Y en un giro del camino, le grito al viento, hablando sola por la calle, noche de verbena (hoy es una de esas noches que todo el mundo ha pagado simbólicamente por el derecho absoluto de hacer locuras, de estar borracho, de divagar consigo mismo) le grito, decía, al viento, tu nombre. Mejor aún, tu abreviatura, esa abreviatura ambigua y cariñosa con que te regalé un buen día casi sin darme cuenta, que acabó siendo tu nombre en clave a dos, prohibido y tácito, inacabable e intímo, broma y augurio de una vida.

Te llamo con modestas condiciones. Modestas? Vivir más tiempo, no estoy segura si me hace más sabia, pero me permite manejar más variables, desde mi cerebro analítico y tendente a la justicia suma, al idealismo infinito, a la justificación más egoístamente altruista.

Y te llamo recordando que un día te metiste en mi cama con las botas y los pantalones puestos, el amoroso amigo contenido, abrazándome en silencio, porque sólo tu paciente silencio podía contener mis suspiros exhaustos de anhelar fantásticos paraísos ególatras.

Y le pido a no se quién que te devuelva a mi acuciante necesidad de compresión incondicional teñida de misterio deseable.

"Sólo ven si encontraste el amor y tienes una situación estable (o al menos estable como la mía) porque no quiero daños ni entre los dos, ni aún menos a terceros, pero si te encuentras en esas condiciones, por favor, encuéntrame como tantas veces me encontraste antes, porque te necesito"

Cuanta fórmula para tan poca cosa (poca cosa???) cuánta fórmula para conmigo misma y la luna que me mira compasiva.

Y el amigo amante que se metió en mi cama no sólo con las botas, sino con el alma desnuda y mucho  más indefenso y sólo de lo que yo hubiera pensado nunca, me abraza estrechamente cuando le cuento mi noche sola, mi intermezzo placentero de mujer casi consciente que por una vez en su puñetera vida ha cabalgado sóla sin obligar a nadie, y ha pasado un buen rato sin anestesiarse ni avergonzarse, sin ti pero contigo, y llamando a gritos a otro, de quien no debes tener celos, aunque sería el único hombre que podría arrancarme de tu lado si la vida, en lugar de producirse en el presente, se reprodujera en un pasado mejor del que fue, que ya no existe ni volverá nunca.

Qué pasaría si se conocieran? Mis dos paradigmas de la calma se respetarían y quizás se llegaran a amar incodicionalmente, en silencio, con una sonrisa comprensiva.

No me imagino a ninguno de los dos partíendose la cara con el otro en un reto típico y tópico.

Pero Loren, me duele haberte perdido, que puñeta, y si en mi más desbocada fantasía sueño que me lees, porque no pronunciar tu nombre en clave? Ahora te necesitaría, quizás sólo porque no puedo olvidar aquella inercia mágica, por la cual de manera inexplicable, acudías cada vez que te necesitaba.

Se feliz mi vida, yo le amo, y se que aunque me llenen de amor te necesitaré siempre, pero por más que clame al cielo, no tengo derecho, nunca màs, a usarte como mi oso de peluche.

Ahora que amo, menos que nunca.

Pero quizás es cuando más te necesito.

Amar es duro, coño, que bien lo sabes.

Como la vida misma

Como la vida misma

Moonsa (disgustada y refunfuñando) - ¿Por qué mi inteligencia es como un bistec, y mis emociones son como un jodido flan temblón?

Sergio (sonriendo y metiendo las manos dentro de mi pantalón) - Porque tu culo es como un melocotón.