Hambre egoísta, peligrosa, ansia incontenible que me convierte en una adicta, con un nudo en el corazón y sufriendo horrores cuando como acompañada, sintiéndome exactamente igual que un alcohólico delante de un cubata en una reunión de amigos. En debate constante conmigo misma cuando como sola.
Ansia, ansia, ansia, ansia....
Y luego las consecuencias que me paralizan, que me bloquean, que me convierten en una persona que no soy, encerrada en una funda que me entorpece, que no me deja ser. El llanto y la impotencia de no saber cómo modificar todo esto. El nerviosismo y la depresión cuando intento seguir una dieta. La desesperación cuando los médicos me dan una fotocopia amarilla con un régimen y dos palmaditas en la espalda.
Encontré en Internet "Comedores Compulsivos Anónimos" y me creí salvada. Pero no, en absoluto. No me extenderé al respecto pero definitivamente yo no pinto nada ahí, ni puede ayudarme esa asociación, ni me siento identificada, ni puedo de repente hacerme creyente para "facilitarme" las cosas, ni... bueno he dicho que no me extendería, pero me sentí como una extraterrestre allí dentro.
Mi obsesión crece con mi barriga, y con mis dolores de espalda y mi dificultad para seguir trabajando (profesora de música, canto e interpretación, y además la mayoría de mis alumnos niños y adolescentes) y además adoro bailar, y la naturaleza... y como la bola de nieve que rueda montaña abajo, cuanto más anquilosada y grande, menos me muevo, porque me canso, me duele, me pone de una mala leche monumental.
Soy una mujer terriblemente sensual, y toma ya, que mal me siento con el envoltorio este. Tendría que aceptarme, y me he aceptado hasta un cierto punto, el punto en que eso influye en mi vida, no sólo por cuestiones estéticas. Aunque por este lado... a mi marido le encantaría que me pusiera lencería y otras zarandajas. Me parece cojonudo si a el le gusta mi aspecto con eso, pero a mi verme casi así (tengo las piernas más delgadas y algo menos de pecho :D):
como que me pone de mal humor, y me siento cualquier cosa menos sexy. Me estoy equivocando? Tal vez, pero es lo que hay, por más que rebusque dentro de mi. Es como lo de creer en Dios. Si no me gusto no me gusto, ya puedo intentar autoconvencerme por activa y por pasiva.
Luego me pregunto que esconde esta ansiedad, esta adicción.
¿De qué tengo hambre en realidad? El no tener cubiertas mis necesidades principales y andar siempre a la última pregunta, pidiendo ayuda a la familia, siempre en un "ay" de que esta semana no pueda ir a comprar lo mínimo, o de que nos vuelvan a llamar del Banco, de no poder poner gasolina para ir a trabajar, de decir a los amigos que no, otra vez no puedo salir.... eso me da hambre, hambre de un poquito, sólo un poquito de tranquilidad económica.
Hacer un trabajo que adoro pero siempre en condiciones precarias y angustiantes me da hambre. Hambre y ansiedad.
Hambrienta de amor probablemente, con unos padres que me quieren pero que siempre me dejaron ahí un hueco, y ellos probablemente ni lo imaginan. Con un marido que me quiere pero que no es precisamente demostrativo.
Mi maternidad frustrada me da un hambre de leona enjaulada.
Hambrienta de música, porque no tengo tiempo ni ganas de andar empezando más proyectos ni buscando más músicos, y con los que estoy, son excelentes músicos y excelentes personas, pero no vibro, me aburro, no siento, ni me gusta lo que canto.
Y seguramente también sedienta.
Sedienta de tiempo, sedienta de magia, sedienta de ilusiones.....
Nunca quise ser una amargada insatisfecha y últimamente me pregunto si no me estoy convirtiendo en eso.
Se que todo suena muy negro negro, quizás incluso un poco patético.
Me da igual como suene. Esa es mi otra cara, la que aunque muy obviamente se ve, en realidad la gente no percibe. Sólo perciben esa mujer rápida y llena de energías y de amor para dar y vender, rebosante de imaginación y con una voz que es sentimiento puro. Perciben fuerza, un atisbo de locura, un sentido del humor ágil e indestructible.
Pero ahí detrás está la otra, encerrada en su embalaje, impotente, me repito, y muerta de ansia incontenible, adicta, punto.
Y cómo no soy bulímica ni anoréxica y de estar "gordito" no se muere nadie (mentira!!! igual no es tan fulminante pero....la obesidad mórbida no es ningún regalo ni para la salud ni para la calidad de vida), pues hala, tu hija mía con tu alegría, y con tu carácter, y cuídate un poquito, y camina, y has de tener un "poquito de fuerza de voluntad" (cuando me dicen eso lloraría, a gritos, y les arañaría).
Me ha venido bien soltar todo esto aquí, mira tu. En realidad lo he hecho porque sabía que me vendría bien, no es que vaya a ser una solución, seguramente ni el principio de una, pero estoy respirando profundamente, como aligerada y relajada.
Así que gracias por dejarme desahogar :))