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MOONSA BOUDOIR

Como la vida misma

Como la vida misma

Moonsa (disgustada y refunfuñando) - ¿Por qué mi inteligencia es como un bistec, y mis emociones son como un jodido flan temblón?

Sergio (sonriendo y metiendo las manos dentro de mi pantalón) - Porque tu culo es como un melocotón.

El orden del loco

El orden del loco

El orden del loco. La mentira de la estabilidad teñida de suaves tonos pastel. El orgullo por todo lo alto, como un engalanado tio-vivo de feria gotica y siniestra, llena de payasos vanidosos espantando al miedo.
El reflejo de la rabia ensangrentada sobre la acera gris, lluvia en los charcos, pájaros sin plumas, llanto sin abrigo, cera caliente lacerando el alma.
La marea del tiempo haciendo estragos entre los pliegues del corazón, arrastrando lodos y miserias, propias y ajenas. El ansia trocándose en desastre, la esperanza divagando como una vieja loca entre bambalinas, olvidó su réplica y desgrana tonterías en el aire.
El sueño reparador estropeando engranages, oliendo a dolor.
Y el ego que se estrelló con su planeador de plata en medio de una nada de pereza triste.
Es el orden del loco, que necesita de su caos para regenerarse, para volver a ser niño sin serlo nunca más, para crecer boca abajo, para amarse, tiernamente, el resto de su vida.

Nota: Se qué algunos habéis leído este post en Luna, S.A., pero debía haber estado aquí, y aquí viene. Voy a quitarlo del otro blog y poner aquí los commentarios que dejásteis. Parece que blogia 2.0 va funcionando bien, así que de momento dejaremos cada cosa en su lugar ;)

PAZ

PAZ

Muy buenas.
El caso es que yo tengo unos vecinos.
Si, tu también, y tu, y más o menos todos, especialmente si, como la gran mayoría de la gente, vivimos en un bloque de pisos.
El caso es que mi marido y yo hacemos una vida normal, comemos, limpiamos, vemos la tv (poco por cierto), interneteamos, lavamos los platos, hacemos el amor, vamos a trabajar, etc.
El caso es que hay gente que realiza otras actividades suplementarias, como insultarse a grito pelado, atar a un perro y dejarlo solo en un metro cuadrado ladrando como un energúmeno, insultar a sus hijos pequeños, de día, o a altas horas de la madrugada, poner la radio hasta el límite de la pura distorsión cuando yo pongo música en el PC a un volumen más que moderado a las cuatro de la tarde, etc.
El caso es que mis vecinos de abajo, que realizan este tipo de actividades suplementarias, desde hace tiempo practican además, el deporte de hacernos la vida imposible.
El caso es que cuando tu practicas el vive y deja vivir, y alguien pone su punto de mira en ti o en tu familia para descargar los sobreestocks de energía negativa que alimentan sistemàtica y cuidadosamente cada día, la espiritualidad y el amor que tu intentas cultivar, se pueden ir al carajo con una facilidad pasmosa, al menos durante un rato.
El caso es que me subleva tenerme que “defender” de NADA.
El caso es que a veces llego a la conclusión de que no se por qué nos sorprende que haya un Bush, u otras hierbas, si a nivel pequeñito pequeñito de escalera o de barrio hay gente tan cafre.
El caso es que me está costando mucho escribir esto desde la educación y la calma, y eso me altera, me desagrada sobremanera sentirme así. Va en contra de mi propia naturaleza.
En fin que quizás no estoy emocionalmente lo bastante evolucionada como para “tomarlas” como vienen, pero a veces uno vive a pocos metros de una especie de “Katrina moral”.
Y oiga, eso, jode.

Tempesta (Tormenta)

Tempesta (Tormenta)

Ha esclatat en el centre mateix del meu neguit, quan donava voltes al llit mirant de no trencar les teranyines de son que t'acaronaven. Ha estat com una bojeria pròpia i aliena alhora, com si la capa superficial d'enganxosa mandra blau-grisa sortís volant sota la tamborinada d'aigua impertinent i alliberadora. Un cor de trons estentoris i agosaradament profunds impulssaven la meva ànima i em feien arribar a una mena d'èxtasi sota les llums descarades dels llampecs, que il•luminaven el cel com si una càmara gegantina m'estés fent fotografies des d'allà dalt, mentre jo amb la meva, petitona i fràgil, intentava copsar-los sense omplir-la de pluja.


El fanal em mirava tot mort de vergonya, mentre es feia de dia durant un moment fugaç. I les fulles volaven assotant-se les unes a les altres en una frenètica dansa catàrtica. Jo hi era al bell mig, i ballava amb elles, el tors nu, les cames embogides, el cor amatent al ritme que la tempesta marca.
I tot d'una sospirava, ajaguda dins el meu recer de goig inesperat, de relaxació quasi violenta, per aixecar-me després i respirar fons alçant la cara al vent.


Sortia a mirarm'els de front i els espetecs elèctrics semblaven esmorteïr-se en la llunyania. Entrava a teixir la meva pau mentre els veia marxar i tornaven a llençar les traques més potents, les lluminàries més esplendents, els trons més ressonants.
Jogant així a fet i amagar amb la tempesta, totes dues ens hem revestit d'una dolça calma que ha anat arribant a poc a poc. Les espurnes dels seus ulls han anat allunyant-se sota la matinada humida, els meus ulls s'han anat tancant fins que m'ha confessat en les ales del vent que ja marxava i m'he adormit, en pau.

(Ya sabéis que no me gusta traducir(me) pero como otras veces, ahí va en castellano, lo mejor que he podido)

Ha estallado en el centro mismo de mi angustia, cuando daba vueltas en la cama intentando no romper las telarañas de sueño que te acariciaban. Ha sido como una locura propia y ajena a la vez, como si la capa superficial de pegajosa pereza azul-gris saliera volando bajo la tormenta de agua impertinente y liberadora. Un coro de truenos estentóreos y atrevidamente profundos impulsaban a mi alma i me hacían llegar a una especie de éxtasis bajo las luces descaradas de los relámpagos, que iluminaban el cielo como si una cámara gigante me estuviera sacando fotos desde allá arriba, mientras yo, con la mía, pequeñita y fràgil, intentaba captarlos sin llenarla de lluvia.
El farol me miraba muerto de vergüenza, mientras se hacía de día durante un momento fugaz. Y las hojas volaban azotándose unas a otras en una frenética danza catàrtica. Yo estaba justo en medio de todo eso, y bailaba con ellas, el torso desnudo, las piernas enloquecidas, el corazón atento al ritmo que la tormenta marca.
Y de repente suspiraba, tumbada en mi refugio de gozo inesperado, de relajación casi violenta, para levantarme después y respirar hondo alzando la cara al viento.
Salía a mirarlos de frente y los chasquidos elèctricos parecían amainar en la lejanía. Entraba a tejer mi paz mientras los veía partir i volvían a tirar las tracas más potentes, las luminarias más resplandecientes, los truenos más resonantes.
Jugando así al escondite con la tormenta las dos nos hemos revestido de una dulce calma que ha ido llegando poco a poco. Las chispas de sus ojos han ido alejándose bajo la madrugada húmeda, mis ojos se han ido cerrando hasta que me ha confesado en alas del viento que ya se iba, y me he dormido, en paz.

(Las imágenes las tomé con la cámara digital durante la tormenta de la pasada noche)

Casi blog day

Casi blog day

Se me pasó el blog day, pero nunca es tarde para ampliar los horizontes blogueros. Por eso no os voy a poner hoy los sugeridos cinco enlaces a nuevos blogs, si no que os invito a que pinchéis sobre mi página de enlaces y deis una ojeada a unos cuantos links que he añadido esta mañana. Se trata de varios blogs de diferentes temáticas que hace tiempo que leo desde el agregador de feed o desde Mis favoritos, y otros de reciente descubrimiento. Algunos quizás los conozcáis, y en general, espero que os gusten.
Nota: Hay algunos blogs interesantes alojados en blogia que no he añadido porque no puedo revisarlos para asegurarme de si funcionan y si no han cambiado sus contenidos. Este problema que Blogia arrastra últimamente me tiene preocupada. Además de no poder abrir muchos blogs, tengo serios problemas para administrar el mío. Espero que todo esto se solucione pronto :).

ACTUALIZACIÓN 6-9-05:
Ya puedo entrar sin problemas en todos los blogs de Blogia. Añado dos enlaces, uno de blogia (otros que tenía por revisar han cerrado, lamentablemente) y un olvido imperdonable en forma de nemomemini :)).

Trocitos de logo

Trocitos de logo

Ya la tengo en casa. Por fin, después de años de mirar con los dientes largos los escaparates de los anticuarios, de rebuscar en contenedores de basura y preguntar a amigos y conocidos.
Hace unos días una amiga mía la encontró en un contenedor, y me la dió.
¿¿No es hermosa??
Aún no se si funciona porque aunque tiene un cable le falta el enchufe y estamos estos días previos al viaje un poco liados para andar de pruebas, pero si no funciona da igual.
¿Véis las cositas que hay en el logo del boudoir? La tetera roja, la mesa camilla, la lámpara de tulipa, la radio antigua, la gramola, y una imagen de Lakshmi (la diosa hindú de la prosperidad, cuyo dibujo me saluda desde el escritorio de mi PC) y de fondo, un montón de almohadones con motivos indios. Pues los almohadones son casi todos míos, la tetera hace tiempo que la tengo, y las mesas camillas pequeñitas son endémicas en mi casa (cubiertas, naturalmente, de pañolones y tapetes de colores), y también varias imágenes de dioses hindúes y láminas orientales en general, pero no había radio antigua, ni tulipa, ni gramola. Ya me faltan sólo dos ;)
Por cierto ahora caigo que debería haber puesto en la composición la Singer de mi abuela y el reloj de pared, pero lo dejo para un futuro cambio de look.
Ah, para que veáis que es auténtica, ahí va ese plano de la parte trasera del aparato, con el mismo polvo con el que llegó :D.

radioantigadarrera.jpg


Los laterales están hechos polvo, pero he levantado la primera capa de hojilla de madera, que estaba completamente podrida, y creo que lijando y barnizando eso, y la parte superior que tiene muchas "picadas", quedará bastante bien.
Bueno, si alguien aún no lo sabía, es que me vuelven loca las cosas antiguas.
Pero sabéis, lo que me detiene a la hora de comprarlas en un anticuario, no es sólo el dinero que me piden y no tengo, si no que sin ese proceso de búsqueda y sorpresa, y luego de restauración con mis escasos recursos y mis torpes manos, ya no tiene la misma gracia. Mejor dicho, ya no tiene ninguna gracia ;)

Ysies y yaperos

Ysies y yaperos

Las ideas originales y creativas, los cambios en mi vida, la toma de riesgos, los proyectos importantes, nunca oyeron un “qué bien! Y cómo vas a hacerlo? cuenta cuenta.. Bah seguro que te saldrá bien!”
Los pequeños logros, incluso los grandes, nunca oyeron “Estupendo! Cuánto me alegro!”
Siempre los primeros sufrieron frías rociadas de “Y si...?” y los segundos de “ya pero...”.
Contra eso me rebelé durante años, casi inconscientemente y de una forma desordenada, incoherente, y en cierto modo autodestructiva, hasta que asimilé los “y sies” y los “ya peros” y yo misma los he estado poniendo por delante siempre, muerta de miedo y totalmente falta de convicción.
En un segundo se me reveló todo. Lo sentí en los huesos, me vi miles de veces paralizada por el miedo. ¿Por el miedo al miedo?.
Sentí un gran desconcierto y noté como las garras frías que atrapaban mis alas se aflojaban entre susurros que sonaron como hielo que se quiebra lentamente.
Un cierto resentimiento flotó como una neblina tenue que se enredó en mis pestañas.
Con la rapidez que da el entrenamiento perdoné, sonreí, y suspiré.
Se reveló la rebeldía y sus porqués.
Y ahora vuelta a empezar.
Tendré que habilitar en mi azotea un baúl grandote donde ir guardando los ysies y los yaperos en el futuro. No sólo los que vienen de fuera, sino también, y mucho más importante, los que nacen dentro.
No será fácil, pero seguro que puedo hacerlo ;)

Vida

Vida

El el texto orginal es en catalán, y caramba, hay cosas que al traducirlas a otro idioma de aquel en el que fueron sentidas... no es lo mismo. Pero he hecho lo que he podido, y más abajo está en castellano :).

Un estol de plomes grises i blanques s'aixeca entre el metall i l'asfalt. Els bens i els cavalls, amb una conformitat esfereïdora i una placidesa anacrónica, pasturen a la vora de la cinta negra i calenta per on roda la ferralla sorollosa que envolta sers humans atrafegats i espantats.
La vida pica de peus impacient sobre les vies del tren del temps, mentre dels fulls d'un llibre s'escapa un alè de vida aliena que nodreix la meva fera impacient, plena d'ànsia d'assimilar, plena de desig de trobar afora el que no goso cercar a dins, potser.
Sento vidres puntxeguts i freds que es claven a les plantes dels meus peus quan camino damunt el seu esclat de plors violent, irat, envaït per la petita ràbia dels seus ditets impotents, de la seva boca que s'alça com una ferida tremolosa que a les palpentes esboça un àngel de sucre que se li desfà damunt dels ulls.
El seu crit puja pels meus turmells, i com l'heura tendre s'enfila cames amunt, embolicant-me, escalfant-me el ventre amb cada llágrima que jo no vesso per les seves llágrimes, en cada dolç batec de compassió que m'acarona les temples, que se m'instal·la al cor com el bressol d'una nina trencada.
Fins que m'adormo sobre els somnis de l'infant que esgotat tanca les parpelles i adormida l'embolcallo amb l'amor llunyà del meu silenci.
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Una bandada de plumas grises y blancas se levanta entre el metal i el asfalto. Las ovejas y los caballos, con una conformidad aterradora y una placidez anacrónica, pastan en la orilla de la cinta negra y caliente donde rueda el hierro ruidoso que rodea seres humanos atareados y asustados.
La vida taconea impaciente sobre las vías del tren del tiempo, mientras de las hojas de un libro escapa un aliento de vida ajena que nutre a mi fiera impaciente, llena de ansia de asimilar, llena de deseo de encontrar fuera lo que no me atrevo a buscar dentro, tal vez.
Siento cristales puntiagudos y fríos que se clavan en las plantas de mis pies cuando camino sobre su estallido de llanto violento, lleno de ira, invadido por la pequeña rabia de sus deditos impotentes, de su boca que se alza como una herida temblorosa que a tientas esboza un ángel de azucar que se le derrite sobre los ojos.
Su grito sube por mis tobillos, y como la hiedra tierna se encarama piernas arriba, envolviéndome, calentándome el vientre con cada lágrima que no vierto por sus lágrimas, en cada dulce latido de compasión que me acaricia las sienes, que se me instala en el corazón como la cuna de una muñeca rota.
Hasta que me duermo sobre los sueños del niño que agotado cierra los párpados, y dormida le envuelvo con el amor lejano de mi silencio.

Emociones soberanas I

Emociones soberanas I

Otra vez una de esas "pequeñas cosas" me ha hecho saltar las lágrimas de un modo absurdo e inoportuno. Y como tantas otras veces me he puesto a pensar en estos estallidos emocionales que surgen de repente y son tan difíciles de controlar.
He llegado a la conclusión de que tengo estallidos emocionales de dos categorías, que se dividen a su vez en dos tipos. A saber:
- Estallidos emocionales que debería saber controlar porque invariablemente repercuten de un modo negativo en mis relaciones y en mí misma. En este apartado se encuentran la ira, y la verborrea incontrolada.
- Estallidos emocionales que me encantaría no tener que sofocar, sino por el contrario dejar volar libres y expuestos sin recato, pero que me veo obligada a contener porque no son políticamente correctos. Aquí incluiría el llanto, y los temblores producidos por una gran tensión.
De momento hoy les dedico a este post a las lágrimas, las que lo han inspirado, al fin y al cabo, y me gustaría hacer un recordatorio de situaciones que tienen bastante de absurdas en las cuales la emoción en cuestión me pilló totalmente por sorpresa y me dejó azorada, con un nudo en la garganta, y con un eco de risas en el corazón:

- Una vez que vi por televisión como Arantxa Sánchez-Vicario ganaba el Roland Garros.
- En los aplausos después de terminar unos amigos míos de representar una obra de teatro (que a todo esto, era una comedia...)
- Al cantar "El Cant de la Senyera" con un coro en el Casal Catalán de Bruselas, acompañada por todos los miembros de la entidad que fueron a oírnos cantar (esa vez pude liberar la emoción, porque mi cuñada estaba igual que yo, así que seguimos la cancíón como pudimos hechas un mar de lágrimas y maldiciendo a nuestros compañeros que nos miraban muertos de risa)
- Al terminar la película "El cielo puede esperar" (mis amigos mirándome desconcertados y yo luchando con el rimmel que se desintegraba :D)
- Cantando como solista (montooooooones de veces, y eso si es terrible porque entonces hay que controlarlo también para que la voz no suene como un cascajo...)
- Sola en casa, o con compañeros de trabajo o alumnos, al elaborar proyectos para ellos, de repente es como si viera el resultado final, una escena, una canción, un flash, y me dan unas ganas de llorar que a penas si puedo seguir haciendo una exposición seria y lógica de lo que intento montar.
- La que inspiró este post, una de esas tontas tontas tontas: Al adaptar un trozo de la letra de una canción para que encajara más con la ocasión en la que mis alumnas tienen que cantarla (la boda de sus hijos). Modifiqué cuatro versos y me las vi y me las deseé para contener las lagrimillas...hay que ver :D
Hay más (de hecho muchas más, y todas me ponen en situaciones de lo más comprometidas), pero estas sirven de muestra perfectamente. Y todas, absolutamente todas, tienen algo en común. El llanto siempre viene producido por emociones positivas, no por dolor, tristeza o compasión. Esa otra clase de llanto la se contener con auténtica maestría, y sólo lo dejo salir cuando estoy sola, o excepcionalmente, a solas con alquien que merezca toda mi confianza sin reservas.
Me estoy psicoanalizando? No lo creo, pero yo soy de las que a veces necesitan verbalizar lo que sienten o piensan para verlo con más claridad, como si pintara un cuadro con ello y eso me permitiera observarlo desde otra perspectiva.
Y de esta necesidad de verbalizar, que a veces también se me desmanda (véase verborrea incontrolada más arriba), hablaré en otra ocasión ;)

Primer paseo por la playa

Primer paseo por la playa

Amor
Cansancio
Rebeldía
No-se-qué-psicosomático
Miedos
Revolución
Cambio
Hijos
Padres
Tiempo
Humor
Música
Sensibilidad a flor de piel
Típica-tópica-jodida-autoestima
Pereza
Cabezonería
Creatividad
Olvido
Aire
Libertad

Pueden mezclarlo todo y pasarlo por el túrmix o tomarlo a pedacitos pequeños como si fueran tapas variadas.
Es lo que hay, en todo caso.

Ángeles cotidianos

Ángeles cotidianos

Buenos propósitos con olor a mañana recién horneada.
Ser la abejita laboriosa durante horas, sin parar ni para pensar, organizarme, él necesita que le ayude, en serio, con algo más que palabras, y estallidos de loco humor que me consta que le alegran la vida, pero son insuficientes.
Yo misma necesito quitarme el último envoltorio de depresiones y perezas que se me siguen concentrando en el estómago todas las mañanas y me impiden actuar.
Y lo hago, temerosa de que la explosión de actividad dure poquito.
Me siento bien. Ya hace muchas lunas que entiendo que voy a ser capaz, pero la piel vieja no termina de caerse y no hay exfoliante del espíritu que sea lo suficientemente fuerte como para arrastrarla lejos de mi higiénicamente y sin dolor.
En suspenso, temo que uno de mis despistes se abalance sobre mi riéndose de mi falta de previsión, de mi atolondramiento. Me fijo en cada paso que doy mientras revoloteo sobre mis tareas intentando refrenar mis alas.
No quiero repeticiones, "esas" repeticiones pequeñas que duelen, que me hacen llorar por lo que tienen de insignificantes, lo que originan sin embargo cada vez que se producen, y lo absurdo de que les permita volver a mi vida constantemente, y vengan, inoportunas, a caer en cualquier nuevo camino, brillante, por estrenar, que extiendo ante mi llena de esperanza.
Y es cierto que una vez dado el primer paso, hay dos cosas que no fallan: la primera, que parte del miedo se larga con la piel muerta y va a parar al río del olvido, la segunda, que cuando lo consigo surgen ángeles.
A veces son ángeles cotidianos, con una mirada entre bonachona y pícara, que llaman a tu puerta para avisarte de que te dejaste encendidas las luces del coche.
Volé a apagarlas, y en una hora me iba a trabajar otra vez.
Acabé mi jornada laboral satisfecha, y quizás menos cansada que de costumbre.
No debo olvidar, sin embargo, que después del primer paso hay que ir poniendo un pie delante de otro con CONSTANCIA y sin vacilaciones.

El gatonauta

El gatonauta

Érase una vez un gato que vivía en un zapato. Un zapato marrón de ante, del 42. El zapato salió despedido del pié izquierdo de alguien que se había cabreado aquel día con su jefe y lo lanzó antes de meterse en la cama, con tan mala (o buena) fortuna, que por la ventana abierta fue a parar al espacio y sigue allí orbitando alrededor de la tierra.
El felino en cuestión, haciendo honor a su especie, era extraordinariamente curioso, tanto, que husmeando en los rincones prohibidos fue a meterse en un agujero negro, y apareció en el espacio exterior, quedando “calzado” dentro del extraño artilugio volador.
El increíble animalito se adaptó con asombrosa facilidad a su nuevo hábitat, aunque a día de hoy aún se desconoce como lo hizo para sobrevivir en tan precarias condiciones.
La cuestión es que creció y creció tanto que, ni comiéndose la plantilla anti-olores con la cual compartía la vivienda, cabía dentro del reducido habitáculo, y se encontró con que estaba completamente atascado.
Abrumado por la preocupación empezó a maullar esperando que alguien le escuchase y le sacara de allí.
Entonces ocurrió lo inesperado.
Una bruja terrícola que usaba el SETI at home como salvapantallas, vio un buen día en el gráfico unos picos inusuales que despertaron su interés.
Salió al balcón y escuchó el cielo con atención, hasta que consiguió percibir un ligero gemido. Sin pensárselo dos veces, tomó su vieja escoba y se lanzó al espacio en busca del origen de aquel extraordinario ruido.
Y lo encontró. No le asombró lo más mínimo hallar aquella forma blanca y peluda emergiendo de la abertura de un objeto volante que tenía un cierto parecido con un zapato viejo. El gato a su vez la oyó llegar y se puso a maullar en todos los idiomas que conocía esperando que aquel ser que se aproximaba comprendiera alguno de ellos.
Cuando la bruja le oyó maullar en catalán le dijo con firmeza: “Para aquí, que es mi lengua materna y así es como vamos a entendernos mejor”.
Podéis imaginaros el alivio que sintió el minino, que se vio salvado. Un gato atrapado en un zapato-satélite no puede soñar en nada más adecuado que una bruja catalana para que le rescate, por supuesto.
Así que le explicó la situación, y ella no tardó en desatascarlo. En el momento del desacoplamiento se produjo tal cúmulo de energía que el zapato salió de nuevo disparado, cambiando la trayectoria de su órbita al chocar con un meteorito que se desintegraba cerca de allí, lo cual provocó una movida sideral que hizo que aquella noche en muchos puntos de la tierra hubiera gente que aseguraría al día siguiente haber visto no uno, sino varios OVNI.
El agradecido animal montó en la escoba de la ciberbruja y se acurrucó contra sus riñones ronroneando.
Aún ahora, en las noches frías de invierno, se acurruca tras su espalda en el asiento del PC y gime bajito pensando en su extraña aventura.
Sigue siendo curioso y atrevido, pero limita su campo de acción al interior de la casa de la bruja, y desde luego, jamás juega con sus zapatos.

Concierto para vulnerabilidad y rabia

Concierto para vulnerabilidad y rabia

Primero fue la puñalada, me estalló en la cara de repente dejandome hielo en el vientre y fuego en el rostro. Mi autodominio se tambaleó hasta hacerme sentir físicamente mareada. Impotencia, rabia, ira... Me ayudó mucho tener al lado a la gran persona que tengo, y conseguí apagar el primer incendio interior. Pero me moría de miedo. Sabía que volvería.
Y volvió, poco a poco, instalándose en mi alma y resquebrajándola, mientras yo recordaba a la que hace pocos años fue mi terapeuta y me ayudó tanto a sanar mi descompuesto interior, y pensaba en el perdón y en la compasión. O lo intentaba... porque cuando intentaba enviar esa invisible energía rosada pegué un puñetazo sobre mi escritorio y grité que no podía hacer eso, que hay momentos en que no...
Ayer explotó... pedí a gritos silenciosos soledad. Vulnerable y desconcertada como una niña perdida, me intentaba convencer de que me controlaría, lo verbalizaba una y otra vez, mientras el control iba desapareciendo y yo ya era sólo una triste caricatura de mi misma. Y reventé. El odio y la rabia explotaron dentro de mi con una fuerza brutal, desgarrando todo lo que encontraron a su paso. Durante y después del estallido de aquella bomba-trampa me sentí empequeñecer, quise desaparecer, ansié detenerme, pero era demasiado tarde.
El fuego se apagó porque el combustible se fue evaporando en el aire dejando en mi boca el regusto amargo de las acciones futiles y en mis ojos el ardor del ácido corrosivo del dolor inútil.
Volví a casa y acabé de sofocar el fuego con un torrente de lágrimas tan imparable como la propia explosión lo había sido un rato antes.
Me dormí por puro agotamiento nervioso.
Por la mañana, después de destrozar un poco más mi alma con los ecos tardíos de la onda expansiva, ha llegado el vacío.
Una cámara ha surgido de la nada y me ha tomado un primer plano en blanco y negro de las entrañas. Estaban despeinadas y revueltas, húmedas de llanto, haítas de impotencia.
Un odio sordo preñado de tristeza revolotea transparente y peligroso por mi cuarto.
¿Quién dijo que yo era fuerte? Si tan poco puede hacerme tanto...
¿O no es tan poco?
No lo es. NADIE, absolutamente nadie, tiene derecho a jugar con esa irresponsabilidad con los sentimientos ni con la vida de nadie.
No debería ocurrir.

Atreverse

Atreverse

"No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas."
Lucio Anneo Séneca


Por qué no nos atrevemos? Por qué no me atrevo? Pequeñas decisiones aplazadas en favor de un vago "ahora no es el momento" que nos decimos a nosotros mismos mientras hacemos con la mano un gesto que parece apartar de nuestros ojos esa molesta neblina.
Pequeñas cosas que adquieren con el tiempo una importancia aún mayor si se demoran una y otra vez. Cuanto más tardo en hacerlo más lejano y difícil me parece. Y se que no es nada. Una mañana pegando unos carteles, aprovechando para dar un paseo y gozar del aire que envuelve el bello lugar en el que vivo. Se amontonan las excusas sobre mi escritorio. "Total no servirá de nada" "Luego la gente no cumple" "Sóla no puedo ir"... las dejo aquí, como si fueran las cartas de una baraja desparramadas sobre el verde tapete de juego de la vida, y me suenan tan huecas que me dan miedo.
Siempre el miedo. Y el "mañana lo haré". Y un interrogante rebelde que con las cejas enarcadas por la sorpresa me persigue a todas horas diciéndome que por qué no lo hago de una vez.
Detalles en un intrincado tapiz, las mil cosas que nunca hice, lo que hubiera podido ser...
Alguien sabe por qué es tan difícil atreverse?
Comprender ayuda, el problema es cuando nuestra mente traicionera saca todas sus malas artes y malos hábitos a relucir, y tampoco podemos-queremos comprender.

Por qué el boudoir

Por qué el boudoir

Aquí está mi “desdoblamiento”. Dejé la Luna (que no cierro, por cierto) con su fondo tan blanco y su título casi corporativo, para otros temas, de los que es más bien mi cerebro el que se ocupa. Pero necesitaba un rincón más íntimo, donde mi espíritu se sintiera a gusto y se pudiera explayar. Un lugar donde sentarse por el suelo en almohadones y tener agradables tertulias con los amigos, o pasar ratos de soledad y meditación.
Este es el lugar. Bienvenidos a mi boudoir.
El Dictionnaire de L’Académie Française en su edición de 1935 definía boudoir como sigue:
BOUDOIR. n. m. Sorte de cabinet orné avec élégance, à l’usage particulier des dames, et dans lequel elles se retirent lorsqu’elles veulent être seules ou s’entretenir avec des personnes intimes.
Lo que traducido vendría a ser algo como: "Especie de salita adornada con elegancia, para el uso particular de las señoras, a la cual se retiran cuando desean estar solas o pasar un rato con personas con las que las une una cierta intimidad".
No se si es elegante, ni me importa, cuando lo “decoré” sólo pensé en que resultara acogedor. Huele a incienso al entrar y suelo encender velas, hay música, no muy fuerte, para que se pueda charlar tranquilamente. En las paredes una vieja estantería llena de libros a rebosar y algunos tapices, cuadros, y espejos. Siempre que se puede, hay flores naturales y los bibelots (especialmente antiguos) abundan. Nunca faltan el te (chai) ni el vino (tinto), ni mis gatos, que suelen andar por aquí.
Podéis poneros cómodos, y espero que os guste :***